Aún recuerdo como si hubiera sido ayer, la primera vez que prendí por primera vez el computador de la “manzanita”. Era el año 98’ y vivía en Toronto, Canadá donde estudiaba Artes de la Grabación. Todos mis profesores y colegas aseveraban que “si querías trabajar en una orden de grandes ligas, debías hacerlo en un Apple Mac”.
Yo no tenía entonces una preferencia tan categórica (como si la tengo hoy) sobre si debía inclinarme por la plataforma Windows o por una Mac. Lo cierto es que su sistema operativo siempre me atrapó y de repente comencé a sentir cierta incomodidad cuando me veía obligado a “trabajar” en una PC. La sensación nunca se fue. Y hoy 18 años después he sido dueño y he trabajado en casi todos los modelos de Mac que han salido desde 1997. Unos con fama, otros no tan célebres, pero la experiencia en general siempre ha sido de liviandad, de ligereza, de poder dar rienda suelta a mi creatividad sin los agites que Windows (en todas sus formas) me producía.
Como e-Marketer, pseudo-diseñador gráfico, videógrafo, y una cantidad de otros múltiples oficios que he aprendido con los años, tengo que admitir que gran parte de mis resultados a nivel de productividad son gracias a tener un computador, que aunque pasen los años y ya no sea último modelo, sigue siendo tan responsable como el primer día.
Mi trabajo no sólo es bastante intensivo en el uso de CPU (mi MacPro del 2008 consta de 2 X 3 procesadores de 3GHZ Quad-Core Intel Xeon y 26GB de RAM) sino también en la demanda de las aplicaciones que uso para llevar a cabo mi trabajo de manera limpia, oportuna y profesional.
En la realización de mis materiales audiovisuales, tutoriales y producción de video, no es extraño verme usando simultáneamente Final Cut Pro X, Adobe Dreamweaver, Photoshop, After Effects y cuanto programa necesite para producir los resultados necesarios. Usar una Mac para estas tareas y disfrutar el proceso creativo con tranquilidad es como viajar al otro lado del mundo en primera clase. Sabes que el viaje es largo, pero al menos vas cómodo y a gusto.
Hoy quiero unirme a través de este artículo a la celebración de los 30 años del nacimiento de la Mac. El sueño de un visionario, a quién le cayó en algún momento su propio mundo encima, se ha perpetuado entre nosotros y continua expandiéndose a pasos agigantados.
No es en balde que se utilice la expresión en Inglés: “Once You go Mac, You Never Go Back
Happy B-Day Mac…!