Para examinar las cualidades de un empresario exitoso, después de trabajar con infinidad de empresarios y propietarios de negocios durante varios años, he llegado a la conclusión de que para triunfar como empresario se necesita más que grandes ideas y ejecución de las mismas. Se necesita también desarrollar los rasgos de una personalidad fuerte, valiente, positiva, que te permita mantenerte cuerdo en medio de un agitado estilo de vida. ¿Al fin de cuentas, la felicidad es y será siempre la prioridad número uno, correcto?
Si siempre has soñado con ser un emprendedor y ser independiente laboralmente, antes de tomar un a decisión drástica y renunciar a tu trabajo de 9 a 5, te recomiendo que hagas una autoevaluación bien cuidadosa. ¿Tienes las cualidades necesarias?
Puedes trabajar sin un guía. Cuando se tiene un negocio propio, serás tú mismo el que manda. Esto puede ser tanto una bendición como una maldición. Para prosperar en este entorno, necesitarás sentirte cómodo explorando algunas aguas inexploradas (y a menudo rocosas) sin orientación. Si estos no son sus puntos fuertes en ti ahora, debes saber que tendrás que aprenderlos bastante rápido.
Puedes trabajar por largas horas. Si has pensado en renunciar a tu trabajo actual con la suposición de que, como dueño de un negocio, vas a trabajar menos horas, te recomiendo que lo pienses mejor. Por el contrario, los primeros años como dueño de un negocio pueden ser terriblemente difíciles. En definitiva, cuando se quiere tener un negocio, tienes que amar y creer en lo que haces.
Puedes sacrificar una vida estable. Teniendo en cuenta tu actual etapa de la vida, valora la importancia de lo siguiente: un sueldo estable, dos semanas pagas de vacaciones, tu seguro de salud patrocinado por tu empleador, por nombrar unos pocos. La mayoría de los empresarios tendrán que renunciar a esos beneficios durante los primeros años de sus negocios. Se debe tener en cuenta lo anterior y prepararse para la incertidumbre y momentos de dificultad tanto financieramente como mentalmente.
No crees que “fallar” es una mala palabra. La mayor barrera para el éxito es el miedo al fracaso. Como empresario, es fácil estresarse y sentir pánico por momentos, pero no debes permitir que el miedo te paralice o te impida acelerar tu negocio. Sabemos que incluso los más exitosos empresarios han fallado mucho antes de tener éxito o sino mira el case de Steve Jobs cuando lanzó por primera vez el ipad y nadie sabía ni entendía qué era ni para qué servía. Ahora, si miras tus fallas por el lado positivo, si de cada fracaso se aprende algo, realmente no es un fracaso no crees?
Puedes sentirte satisfecho sin reconocimiento externo. Cuando tienes un negocio propio, no tendrás a ningún jefe dándote palmaditas en la espalda o aumentándote el salario. Esto significa que tendrás que depender de ti mismo para ser apreciado, y seguir motivado e inspirado.
Puede vivir sin la perfección. A menudo, el perfeccionismo puede ser tu peor enemigo. Como empresario, tu vida está ligada al lanzamiento de un producto, servicio, sitio Web, blog, aplicaciones, etc.. No no puedes esperar que todo sea “perfecto”. Como empresario, tienes que ser capaz de dejar ir a ese ideal inalcanzable. Corregir los errores y fallas menores y seguir adelante. Debes aprender a trabajar con lo que tienes y construir sobre lo que se aprende.
Puedes superar la decepción temporal. Cuando eres apasionado con lo que haces, es difícil no tomar cualquier tipo de rechazo de manera personal. Como empresario, debes estar preparado a recibir rechazos de muchos tipos: por parte de inversionistas, clientes potenciales, ventas importantes perdidas, críticas negativas en publicaciones, etc. Y quedarte estancado, desmoralizado y amargado por esa decepción es realmente una pérdida de tiempo. Debes aprender a tomar cada rechazo como una oportunidad para aprender y trabajar más duro la próxima vez.
Puedes tener una mente abierta. Estar comprometido con una idea es importante, pero la capacidad de comprender el dinamismo del mercado es igualmente esencial. Por ejemplo, puedes abordar un proyecto inicial sólo para encontrarte con un cambio en las condiciones de mercado o comportamiento de cliente. Por lo tanto, esa idea original debe ser ajustada. Por más de que ames tu idea inicial, si lo que buscas es ser exitoso no te queda de otra que escuchar a tus clientes, evaluar las tendencias del mercado y basar en los resultados de esa evaluación el enfoque que tendrá tu negocio. Nada sacas con tener una actitud terca. Mantén una miente abierta a ajustar tu negocio de una manera frecuente.
Lo anterior no es con el ánimo de desilusionar a nadie. Considero más bien que es como un polo a tierra que te preparará un poco para lo que viene si decides emprender este fascinante viaje de ser emprendedor. Por mi parte, ya no imagino mi vida haciendo algo distinto.